Desapariencia

Simplemente Bellas Simplemente Bellas Nuestro Jardín
Memorias pasadas Recuerdos pasados Camerino I
Camerino II Camerino III Retratos objetuales I BettyCamerino
Retratos objetuales II Retratos objetuales III Copada
Silencio Rara belleza S-T
S-T Kunst x Kuba Art vs. Fetishism or The Utility of Idolatry

 

Desapariencia

 

Simplemente bellas, es una obra realizada luego de una visita realizada por la artista, junto a otros artistas cubanos, a diferentes instituciones penitenciarias en Cuba. El propósito fue propiciar un intercambio puntual de experiencias creativas y de vida entre los reclusos y los artistas.

En una de estas cárceles, solo para mujeres, en la provincia oriental de Holguín, Mabel conoce  un grupo de ellas, que participaban de manera comprometida en un taller de manualidades para la confección de flores plásticas. Las flores eran construidas con los desechos que se generaban cotidianamente en el recinto y estaban emplazadas como elementos decorativos en la mayoría de los espacios colectivos y personales del lugar.

La práctica de inmediato motivó cierta confrontación intelectual y emocional en la artista. Estas flores plásticas eran absolutamente kitsch. Peor aún, eran el kitsch del kitsch porque ellas no imitaban un patrón natural de belleza, sino un patrón industrial. Pero en el contexto hostil de la prisión parecieran hermosas. Quizás la belleza no estaba en el objeto mismo, sino en el gesto creativo y emancipador, de aquellas mujeres.

La artista pensaba en la relatividad de muchos pares conceptuales del arte y la vida: alta y baja cultura, culto y popular, meramente decorativo y exclusivamente artístico, feo y lindo, bien y mal, ser o no ser, tristeza, desesperación profunda y felicidad. Por lo que produjo esta obra en conjunto con ellas, representando un retrato del rostro de una joven mujer, en actitud desesperada. La presencia del movimiento mecánico en la obra es con motivo a la formación y deformación de este retrato a partir de las flores.

La serie continua con la búsqueda constate de belleza física en el ser humano, que alude a la falta de identidad, representando la imitación y la falsedad de algunos individuos para ser aparentemente bien vistos en determinados sectores sociales. Quizás todo esto comienza a partir de una visita realizada por la artista a Rusia. Fue un contraste brutal con la imagen de la otra Unión Soviética que aún se preserva en Cuba, cuya ideología parecía en pugna permanente con la belleza y cuyos productos eran expresión estética de la más absoluta tosquedad.

Esa experiencia causó sin dudas la realización de piezas con objetos rusos aun existente en la isla , como discos de vinilos de música donde se refleja la nostalgia de algunas generaciones de cubanos  a esta  cultura .

Le siguen un  conjunto de Retratos objetuales, donde explora la relación entre los objetos, los accesorios de uso cotidiano de determinados individuos y la expresión de valores estéticos e identidarios de esas personas.

Otra pieza de esta serie es Mi Jardín a una visión mucho más política del tópico de las apariencias, sugiriendo, a través de tres cápsulas con flores plásticas y los colores de la bandera cubana, la idea de la creación de una nación laboratorio, de una nación contenedor, desde donde no se puede saltar, que ha sido construida también desde algunos falsos presupuestos o desde algunas falsas apariencias.